La artesanía es el verdadero lujo latinoamericano
- Camila Ramos
- 11 abr
- 3 Min. de lectura
Por: Camila Ramos (@camramosc)
¿Qué pasa cuando el lujo se mira desde el sur? Cuando deja de ser sinónimo único de exclusividad, y se convierte en una expresión de resistencia, memoria y conexión con la tierra. En el contexto latinoamericano, donde lo hecho a mano ha sido históricamente subestimado o exotizado, diseñadores, académicos y curadores están proponiendo una redefinición urgente: el lujo no está en lo importado, está en lo ancestral.
Esa fue una de las principales reflexiones que dejó Universo Mola Fashion Week, un encuentro que reunió a creadores de distintas partes del continente en torno a la moda sostenible. Allí, la palabra “artesanía” resonó no como una tendencia, sino como un acto político y una visión de futuro.

El lujo de lo que tiene historia
“La artesanía es el verdadero lujo latinoamericano”, afirma Nancy Riveros, diseñadora paraguaya y docente universitaria. Para ella, lo artesanal fue un punto de quiebre: transformó su carrera y le dio sentido a su práctica. “Me ayudó a encontrar mi propósito: hacer moda con significado, crear conexiones en mi territorio y fuera de él”.
Esa búsqueda de propósito también es central en el trabajo de Laura Añez, diseñadora colombiana que explora el tejido de punto artesanal en máquina manual. Aunque su técnica no suele asociarse con comunidades ni tejidos tradicionales, defiende con fuerza su valor artesanal: “Implica conocimiento técnico, dedicación, respeto por el tiempo del proceso y conexión con el material”. Para la diseñadora, el lujo no tiene que ver con el precio, sino con el cuidado. Con piezas que no pasan de moda porque están hechas con intención.
Pia Castro, curadora y experta en moda latinoamericana, lleva la reflexión más lejos: “El lujo, desde nuestro contexto, va más allá de la acumulación. Es portar piezas que cuentan historias de pueblos que han sobrevivido a procesos de colonización. Es tener conocimiento del proceso detrás de la prenda: quién la hizo, dónde, cómo se relaciona con su territorio”.
En otras palabras: el lujo no es el objeto, es el vínculo.
La urgencia de narrar bien
Uno de los mayores retos para que la artesanía sea reconocida como lujo está en la forma en que se comunica. “Muchas veces se romantiza, se simplifica o se exotiza lo artesanal”, explica Pia. “Pero los saberes ancestrales no son homogéneos, ni lo son las personas que los materializan. Las colecciones con saberes ancestrales no son solo ‘hechas a mano’, son patrimonio intelectual de los pueblos. Y deben compartirse desde la escucha, la reciprocidad y la memoria”.
Para Laura, el storytelling es una herramienta esencial para mostrar la trazabilidad de las piezas: “Si el consumidor sabe de dónde viene la fibra, cómo fue el proceso, qué relación hay entre creador y artesano, empieza a valorar mucho más lo que tiene en las manos”.
Nancy añade otro punto clave: el respeto debe ir más allá del discurso. “Es fundamental dignificar el trabajo artesanal: pago justo, condiciones laborales estables, respeto por los tiempos y reconocimiento de autoría. Que las y los artesanos aparezcan en los créditos de las creaciones, no solo como ejecutores, sino como creadores”.

La artesanía como agente de cambio
Más allá del lujo, la artesanía es una herramienta poderosa para transformar la industria de la moda. “Tiene un enorme potencial cultural, social, espiritual y ambiental”, dice Nancy. “En Paraguay y en otros países de Latinoamérica, existen procesos artesanales profundamente conectados con la naturaleza y con formas de vida sostenibles”.
Para Pia, la artesanía puede ser el punto de partida de una moda verdaderamente regenerativa: “No solo ofrece técnicas sostenibles. Ofrece una nueva visión. Es una forma de resistencia frente a la homogeneización industrial y una vía para restaurar la relación con los ecosistemas y con los saberes que han sido sistemáticamente invisibilizados”.
Cuando se honra desde la co-creación y no desde la extracción, la artesanía activa economías circulares, fortalece la autonomía territorial y repara vínculos rotos por siglos de colonización.
Lo ancestral no es el pasado: es el futuro
A pesar de los avances, aún queda mucho por hacer para que los oficios artesanales ocupen el lugar que merecen. Pero las voces de Laura, Nancy y Pia coinciden en algo esencial: el futuro de la moda en América Latina está tejido con hilos del pasado. Con historias que han sobrevivido, con técnicas que se resisten a desaparecer, con comunidades que cuidan, crean y enseñan. Porque el verdadero lujo no está en lo que brilla, sino en lo que permanece. Y en América Latina, lo que permanece, se teje a mano.

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