Francia aprueba ley para frenar el fast fashion.
- The Latin Issue
- 11 jun
- 2 Min. de lectura
El Parlamento francés ha aprobado una nueva legislación dirigida a regular y sancionar la moda ultrarrápida, en un intento por frenar el impacto ambiental y social de este modelo de consumo. La medida, sin precedentes en Europa, afecta directamente a plataformas como Shein, Temu y otras marcas de bajo costo que operan bajo un modelo de producción masiva, precios extremadamente bajos y entregas rápidas.

La legislación, impulsada por el partido Horizons y respaldada por una mayoría parlamentaria, introduce tres medidas clave:
1. Prohibición de la publicidad: Las marcas que entren en la categoría de fast fashion no podrán promocionar sus productos en territorio francés. Esto incluye anuncios en redes sociales, televisión, medios impresos o digitales.
2. Impuesto ambiental por prenda: Se implementará una tasa progresiva que aumentará con el tiempo. En 2025, la multa por prenda será de 5 euros, y para 2030 podría llegar hasta los 10 euros por unidad.
3. Etiquetado obligatorio: Se exigirá a las marcas informar con claridad al consumidor sobre el impacto ambiental de las prendas, incluyendo detalles sobre la producción, transporte y composición.
Aunque la ley no menciona marcas específicas, está dirigida especialmente a empresas de moda ultrarrápida como Shein, que lanza miles de nuevos productos a diario a precios muy bajos. Este modelo se basa en la alta rotación de inventario, la sobreproducción y el consumo inmediato, con consecuencias documentadas en términos de contaminación, explotación laboral y generación de residuos textiles.

Según el Ministerio de Transición Ecológica de Francia, el sector textil es responsable de alrededor del 10% de las emisiones globales de carbono y representa una de las industrias más contaminantes del mundo. Esta ley busca alinear el consumo con los objetivos climáticos del país y fomentar una transición hacia modelos de moda más sostenibles.
Francia se convierte así en el primer país en legislar específicamente contra el fast fashion, abriendo la puerta a que otras naciones europeas sigan su ejemplo. La medida ha sido celebrada por organizaciones ambientales y asociaciones del sector moda ética, aunque también ha generado preocupación en plataformas internacionales que operan con base en la alta demanda de ropa barata.
Comentarios