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Oriente y Occidente, fuerza y sutileza: la nueva dualidad de Laura Aparicio


Hay una fuerza que no grita, pero que se siente al caminar. Una elegancia que no busca aprobación, pero deja huella. Esa es la mujer que viste Laura Aparicio, y esa fue la protagonista de su más reciente colección: una propuesta que reafirma el ADN de la diseñadora —firmeza, sofisticación y un diálogo constante entre opuestos— y que, por primera vez, desfiló frente al público chino.


“Quise transmitir esa fuerza interior que reafirma a una mujer sofisticada, determinada, una mujer que sabe quién es y a dónde quiere llegar,” cuenta Aparicio sobre la inspiración detrás de la colección. Como en cada una de sus propuestas, la diseñadora vuelve a ese universo de dualidades que ha construido a lo largo de su carrera: “Siempre me he movido entre opuestos: Oriente y Occidente, lo masculino y lo femenino, la fluidez y la estructura. Esa tensión es mi punto de partida.”


ero si bien hay continuidad, también hay evolución. “Siento que esta narrativa se ha vuelto más sólida. Hay una elegancia sutil que siempre ha estado en mi trabajo, pero aquí la llevamos a un lugar nuevo. Introduje transparencias muy femeninas, muy delicadas, que no son vulnerabilidad, sino seguridad. Quería que esta mujer se sintiera poderosa con suavidad.”


La colección apuesta por materiales nobles y livianos como el chiffon de seda 100% natural, presentado en tonos moca, café y un inesperado verde limón. “Ese verde ácido fue un contraste intencional. Me gusta ese choque con nuestra paleta más terracota, más sólida, porque reafirma lo que somos: una marca atemporal, pero que no le teme al riesgo”, explica Laura. También exploró brocados clásicos de la casa —“muy matéricos, muy livianos”— que funcionan tanto en verano como en invierno, y driles de algodón en tonos neutros que se adaptan al día y la noche.


“Siempre pienso en piezas versátiles. Me interesa que nuestras prendas se transformen con los accesorios y acompañen a la mujer en distintos momentos de su vida. Esa es también una forma de sostenibilidad,” añade la diseñadora, quien continúa comprometida con una cadena de producción ética y consciente.


Su llegada al público en China

Más que un desfile, esta colección se sintió como una declaración. No solo por lo que propuso en Bogotá, sino por lo que representó su llegada a China: un mercado milenario, exigente y profundamente arraigado en sus códigos culturales. “Fue un reto inmenso. Pero también una oportunidad de mostrar quiénes somos. Compartí el lookbook tal cual y les encantó. Hubo ajustes mínimos de styling, pero fue la misma colección. Eso me reafirma que cuando el ADN es claro, no hay que disfrazarlo para cruzar fronteras.”


La pasarela tuvo lugar en la Semana de la Moda de Qiantang, en el distrito de Hanju —el mismo donde Chanel presentó recientemente su colección crucero—, apenas diez días después del Bogotá Fashion Week. “Todavía lo estoy digiriendo. Fueron dos pasarelas casi seguidas, dos escenarios completamente distintos, pero con un mismo mensaje: somos una marca colombiana con lenguaje global.”


Laura lo dice con emoción y también con conciencia del camino que empieza: “Esto es apenas el comienzo. Es nuestro primer paso hacia una apertura comercial en China. Y aunque son culturas distintas, me sorprendió lo mucho que nos parecemos en valores: el respeto por la artesanía, por la técnica, por lo hecho con sentido. Hay mucho que podemos aportar y también muchísimo que aprender.”


Desde Bogotá hasta Hanju, la diseñadora reafirma su visión: vestir a una mujer de mundo que camina con confianza, suavidad y determinación. Una mujer que no necesita explicarse para ser entendida. “Hay algo poderoso en lo que no se dice. En lo que no es estridente, pero se queda. Yo creo en esa fuerza silenciosa. Y esta colección es eso.”


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